BioNNOMÍA cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por la Unión Europea – NextGenerationEU.

¿Qué es BioNNOMÍA?

A través de la ganadería ecológica extensiva y la trashumancia, este proyecto persigue ser un modelo de gestión para el desarrollo de la multifuncionalidad y la bioeconomía en zonas de alto valor ecológico.

BioNNOMÍA cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por la Unión Europea – NextGenerationEU

Antecedentes

Las dehesas y los pastos de montaña han sido tradicionalmente utilizados por ganadería ovina extensiva trashumante proporcionando a través del tiempo una importante fuente de servicios ecosistémicos de soporte, aprovisionamiento y regulación. Como culturales a la sociedad.

La ganadería ecológica extensiva es el modelo de producción más sostenible, basada en el aprovechamiento eficiente de los recursos del territorio, con especies autóctonas, ya que son las más adaptadas al medio, como es la oveja merina, autóctona del sur y oeste de la península ibérica.

La trashumancia es considerada una actividad ancestral, que actúa como activo bioeconómico para la transformación del medio rural y resiliencia del territorio.

Esta actividad consiste en mover el rebaño en busca de pastos para alimentarse. Estos desplazamientos se producen en primavera, para buscar pastos de invierno, y en octubre, para buscar pastos de verano. La trasterminancia es una variedad menor de la trashumancia caracterizada por movimientos estacionales de corto recorrido, por lo general inferiores a los 100 km.

Las dehesas, durante el periodo de agostadero, se ven favorecidas por el descanso de la carga ganadera. Mientras, los puertos de montaña se ven favorecidos por el pastoreo de nuestra ganadería ovina ecológica, mejorando la biodiversidad, reduciendo la erosión, ayudando al control del combustible disponible en caso de incendios forestales y contribuyendo al mantenimiento de un equilibrio sostenible que garantiza la mitigación del cambio climático.

En resumen, la trashumancia presta numerosos bienes y servicios a la sociedad: de abastecimiento (carne, lana, leche, cuero, estiércol…), de regulación (conectividad ecológica, conservación de hábitats y biodiversidad, aporte de heterogeneidad al paisaje, prevención de incendios, fertilización de rastrojeras y barbechos, ahorro de emisiones de CO2…) y culturales (rico patrimonio histórico y artístico, folclore, gastronomía, labores artesanales, turismo de naturaleza, etc). Sin embargo, la mayoría de estos servicios no son reconocidos ni remunerados por los mercados.

Es una actividad que está en peligro de desaparecer debido a:

Dificultades sanitarias y administrativas para trasladar los rebaños entre diferentes Comunidades Autónomas, y para la contratación de pastos en los puertos de montaña.
El estado deficitario de muchas vías pecuarias y sus infraestructuras.
La escasez de pastores y la falta de relevo generacional.
La baja rentabilidad de las explotaciones.

Uso sostenible de los recursos del medio natural

Tanto la trashumancia como la ganadería ecológica extensiva se basan en el uso sostenible de los recursos del medio natural, para la obtención de productos derivados de ellas. Estos ofrecen mayores beneficios a nivel ambiental, económico y social. Además, son de mayor calidad que los obtenidos de otros sistemas de ganadería, como por ejemplo el incremento de las cualidades organolépticas de la carne obtenida con alimentación silvestre, así como la calidad de la lana merina. La lana merina ecológica puede ser usada para tratamientos medicinales, así como para hacer ropa específica como remedio para personas que tienen afecciones alérgicas.

La figura del pastor es clave para el mantenimiento de la actividad trashumántica. Sin embargo, este oficio está desprestigiado. Se trata de personas mayores de 50 años, con un nivel muy bajo de formación reglada, quienes llevan a cabo esta profesión. Ello sumado a las condiciones de vida en los puertos de montaña, al descenso demográfico y las pocas perspectivas laborales en los puertos, hace que no haya jóvenes que quieran ejercer la profesión de pastor. Por ello, destaca la importancia de la habitabilidad de los chozos de los puertos de montaña.

El proyecto trata de crear un modelo de bioeconomía circular y sostenible alrededor de la ganadería extensiva y la trashumancia, potenciando el asentamiento de nuevos pobladores en zonas donde hay mucha despoblación rural.

En resumen, este proyecto pretende conservar, recuperar e impulsar la trashumancia como sistema de gestión y aprovechamiento sostenible de los recursos endógenos ligados a la ganadería ecológica extensiva de ovino, a través del desarrollo del conocimiento científico, la conservación de los recursos naturales y la innovación tecnológica en el medio rural.